viernes, 15 de agosto de 2008

Bellavista

Desde la verde copa de un árbol de huelen
de forma apaciguada todo se ve
e incluso alegría y fervor en el aire se siente
la cual contagia el caminar de demasces.
Que tranquila es la ciudad cuando inmenso se es.
No obstante la sucia niebla
sólo me hace incierto a los ojos la certidumbre
de que si “bellavista” no le hace honor a su nombre
este poema tampoco a la ciudad.

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