martes, 16 de febrero de 2010

Entrada 119

Sentado a la deriva del uni(verso) un dios omnipotente
analiza en lo que la tierra está
se percata del desorden y suciedad que el planeta sufre.
El azul de las aguas cambio a un insinuante café
haciendo que el cristalino de ellas sea sólo un recuerdo.
Y ese verde oscuro con que vestía el planeta
pasó a un gris adornado con pequeños destellos de luz
dando la impresión desde de los extremos sus glaciares
desean desaparecer.
- Intervenir no puedo, lo jacté en sus habitantes,
a pesar de creer que incorrecto lo hacen
sólo me queda retirar y solemnemente
no tengo otra que declararme omnimpotente.